jueves, 2 de junio de 2011

Alimentación insuficiente

Por regla general un bebé que no come lo que tiene que comer está irritable y manifestará su malestar: durmiendo mal, con el llanto, quejido… Si esta situación se prolonga en el tiempo es cuando repercutirá en el peso y en la talla.
Cuando hay la alimentación no es la adecuada existen déficits de vitaminas A, B,C y D, hierro y proteínas. Referencia

Manifestaciones clínicas

Un bebé con una alimentación insuficiente tendrá alguno de los siguientes síntomas:

• Pérdida de peso

• Estreñimiento

• Piel seca

• Cabello débil y sin brillo

• Llanto excesivo

• Irritabilidad

• Insomnio

En nuestro ámbito, la manifestación más frecuente de una mala nutrición es el "estancamiento ponderal"; es decir, el Pediatra, en los controles rutinarios de peso y talla observa que no hay un buen desarrollo del niño y que el crecimiento no es adecuado.

El problema puede estar en la pauta de alimentación o errores en la preparación de los alimentos:

• Preparación de biberones diluidos o muy concentrados. En el primer caso el bebé tomará menos calorías de las que necesita y en el segundo, puede deshidratarse.

• Espaciar mucho la toma del biberón o preparar una cantidad inferior a la que el niño necesita.

• Agujeros de la tetina muy pequeña, el niño se cansa de comer.

• No dar el pecho a demanda.

• No introducir la alimentación complementaria y sólo dar leche.

• El niño ha padecido alguna enfermedad en las semanas previas a la toma del peso (gastroenteritis, bronquitis…) que ha dificultado la alimentación y ha habido una disminución del peso.
• Mala relación materno-filial y rechazo de la comida por parte del bebé.

• Maltrato por parte de los padres.

• Problemas económicos.

En los niños que no ganan peso hay que investigar si existe alguna enfermedad asociada que sea la causa:

• Problemas digestivos: celiaquía, parásitos, malabsorción, reflujo gastroesofágico, enfermedad inflamatoria intestinal…

• Problemas neurológicos: mala deglución.

• Alergias: la más frecuente en los lactantes en la alergia a las proteínas de la leche de vaca.

• Problemas hormonales o metabólicos

• Problemas de corazón

• Infecciones

• Cáncer

Tratamiento

En cada caso el Pediatra debe realizar un análisis exhaustivo de la situación personal del niño y su entorno, así como una meticulosa exploración del bebé.

Se debe aumentar los nutrientes de la dieta del niño y corregir los déficits de vitaminas si los hubiera mediante suplementos. La educación de los padres es fundamental, hay que darles pautas de alimentación y hacer un seguimiento estrecho de niño.

Diarrea

¿Qué es?
La diarrea se define como el aumento en el número de deposiciones o bien la disminución de su consistencia habitual (heces más líquidas).
Cada niño realiza deposiciones a un ritmo determinado y con una consistencia diferente.

Causas de diarrea en el recién nacido:

• Gastroenteritis (las más frecuentes son las producidas por virus)

• Alergias a la proteína de la leche de vaca

La consecuencia más grave de la diarrea en el neonato es la deshidratación, sobre todo, si se acompaña de vómitos.

• Las deposiciones del recién nacido alimentado con lactancia materna

Durante las primeras semanas del recién nacido las heces son líquidas y de color entre amarillo y verde; a veces pueden observarse algunos grumos.

En los niños alimentados con leche materna las heces son líquidas o pastosas durante todo el periodo de lactancia y pueden realizar una deposición cada vez que maman. Los niños que toman leche artificial suelen hacer las deposiciones más consistentes y menos frecuentes.

Ambas situaciones son normales y no son una diarrea, el bebé tendrá un buen aspecto, no tendrá signos de deshidratación, vómitos ni fiebre.

Tratamiento

En el caso de diarrea por gastroenteritis infecciosa lo más importante es reponer los líquidos y las sales que el bebé pierde por las heces y ofrecerle el pecho a demanda y/o suplementar la lactancia con sueros de rehidratación.

No se aconseja el cambio a leche sin lactosa sin la prescripción del Pediatra ni preparar biberones diluidos.

El bebé que amamanta debe continuar haciéndolo (probablemente mamará con más frecuencia para reponer los líquidos que pierde), ya que se beneficiará de las defensas que su madre le pasa a través de la leche para superar la infección.

En los casos más graves de deshidratación puede ser necesario ingresar al bebé y administrarle un suero endovenoso.

Si el Pediatra sospecha una alergia a proteínas de leche de vaca, realizará al bebé las pruebas oportunas para diagnosticarlo y dará al bebé una leche especial (en el caso de la madre que amamanta, ella hará una dieta de exclusión de lácteos).

Cuándo consultar al Pediatra

• En los recién nacidos se aconseja consultar siempre al Pediatra

• Si hace muchas deposiciones al día y se acompañan de vómitos

• Si en las heces aparecen sangre, pus o mucosidad

• Si el bebé tiene fiebre

• Si el bebé rechaza completamente la alimentación y los líquidos

• Si el bebé tiene signos de deshidratación: sequedad de piel, boca y ojos (no hay lágrimas ni babea), está pálido, el pulso le va muy deprisa y orina poco

• Si se tienen dudas sobre el estado de salud del niño y cómo tratarlo

Prevención de la diarrea

Para prevenir la gastroenteritis infecciosa en los neonatos es eficaz la lactancia materna y extremar las medidas de higiene en la familia si hay alguien infectado.

Hay vacunas específicas contra uno de los virus que más causan diarrea en el bebé (rotavirus).

Rubiola

¿Qué es?
La rubéola congénita es causada por un virus.

La tasa de esta enfermedad ha disminuido considerablemente después de la introducción de la vacuna contra la rubéola en el calendario vacunal infantil.

Los factores de riesgo para la rubéola congénita son:

• No haber recibido la vacuna contra la rubeola

• Contacto con una persona que padezca rubéola (también llamada sarampión de los tres días)

Las mujeres embarazadas que no estén vacunadas y que no hayan padecido rubéola tienen riesgo de infección.

Síntomas

La gravedad de la infección y del daño al feto es mayor en las primeras semanas de embarazo. La fase más peligrosa son las primeras 8 semanas; a partir de la semana 18 de gestación el riesgo para el feto es mínimo.

El bebé puede presentar los siguientes síntomas:

• Retraso del crecimiento

• Sordera

• Cardiopatía congénita

• Cataratas

• Somnolencia o irritabilidad

• Retraso mental

• Convulsiones

• Microcefalia

• Erupción en la piel al nacer

• Plaquetas bajas

• Hígado y bazo grandes

• Ictericia

El pronóstico para el niño afecto de rubeola congénita depende de la gravedad de los síntomas; el daño neurológico es irreversible.

Diagnóstico

Se realizan análisis de sangre y orina para detectar el virus.

Tratamiento

No hay un tratamiento específico para la rubéola congénita.

Prevención

La mejor prevención es la vacunación contra la rubeola. Todos los niños deberían estar vacunados.

Las mujeres embarazadas que no hayan recibido la vacuna deben evitar el contacto con personas infectadas de rubeola.

Durante el embarazo se realiza una analítica para ver si la mujer está inmunizada contra la rubeola o no.

Sepsis

¿Qué es?

La sepsis neonatal es la infección de la sangre que ocurre en un bebé de menos de 90 días.

Se llama sepsis precoz a la que aparece en el primera semana de vida, y tardía, a la que ocurre entre la primera semana y los tres meses.

Causas

Es causada por bacterias: estreptococo, listeria, E. coli

En la sepsis de aparición temprana los factores de riesgo son los siguientes:

• Madre colonizada en el embarazo por el estreptococo del grupo B

• Parto prematuro

• Infección de la placenta y líquido amniótico durante el embarazo (corioamnionitis)

• Rotura de la bolsa durante más de 24 horas antes del parto

En la sepsis de aparición tardía los factores de riesgo son:

• Tener un vía endovenosa durante mucho tiempo (en los bebés ingresados en la UCI neonatal)

• Estar hospitalizado durante un periodo de tiempo largo

Síntomas

Los síntomas principales son el mal estado general, rechazo de la alimentación y mala regulación de la temperatura (fiebre o hipotermia). También pueden aparecer: hipoglucemia, vómitos y diarrea, apnea, ictericia, pulso lento y convulsiones.

Diagnóstico

Se han de realizar una analítica de sangre y un cultivo de la misma para observar signos de infección y el crecimiento de la bacteria que origina la infección para poder combatirla adecuadamente.

También se analiza el líquido cefalorraquídeo, orina y secreciones respiratorias.

Tratamiento

El tratamiento se realiza en el hospital y se administran antibióticos por la vena. Con el tratamiento adecuado la mayoría de los bebés superan la sepsis sin secuelas.

Prevención

Se debe realizar un cultivo vaginal y rectal a todas las embarazadas durante las últimas semanas del embarazo para detectar la presencia del estreptococo del grupo B. Si la madre es positiva se deberá poner tratamiento antibiótico endovenoso a la madre durante el parto para evitar que el recién nacido se infecte a su paso por el canal del parto.

Si la madre "rompe aguas" más de 24 horas antes del nacimiento del bebé también deben administrarse antibióticos.

Cuándo acudir al Pediatra

Todo bebé menor de tres meses con mal aspecto, fiebre y rechazo de la alimentación debe acudir a urgencias pediátricas para descartar una sepsis.







Anemia

Anemia

¿Qué es?

La anemia se define como la disminución de la cantidad de hemoglobina o del número de glóbulos rojos (hematíes). En ocasiones pueden disminuir la hemoglobina y los hematíes.
Causas

• Anemia fisiológica del recién nacido: es una situación normal de todos los recién nacidos. En los neonatos a término (nacido con más de 37 semanas de gestación) ocurre entre la 6ª y 12ª semana de vida; en los prematuros, entre la 4ª y 8ª semana. Esta anemia es una adaptación normal del recién nacido y no requiere tratamiento. En unas semanas se normalizan las cifras de hemoglobina y hematíes.

Se debe a dos factores fundamentalmente:

• La hemólisis de los hematíes durante las primeras semanas de vida (los glóbulos rojos tienen una vida más corta que los del adulto).

• La vida dentro del útero es pobre en oxígeno; esto es un estímulo para la producción de hematíes. Al nacer la atmósfera en la que vivimos es rica en oxígeno y esto hace que disminuya el estímulo para producir glóbulos rojos.

• Anemia patológica del recién nacido: es la anemia causada por una enfermedad o alteración del recién nacido:

• Pérdida de sangre:

• Hemorragias durante el parto: placenta previa, desprendimiento de placenta, vasa previa, rotura del cordón umbilical…

• Pérdida oculta de sangre: transfusión fetomaterna, fetoplacentaria o de gemelo a gemelo. En estos caso la sangre del bebé es cedida a otro (madre, hermano o placenta), de manera que el feto se queda anémico.

• Hemorragia en el periodo neonatal: hemorragia intracraneal, cefalohematoma masivo, rotura de hígado o bazo, hemorragia intestinal…

• Hemólisis: causada por situaciones o enfermedades que destruyen los hematíes:

• Incompatibilidades de grupo sanguíneo: AB0, Rh (ver apartado)

• Enfermedades autoinmunes de la madre.

• Enfermedades hereditarias de los hematíes: esferocitosis, déficit de glucosa-6-fostato-deshidrogenasa o talasemia.

• Infecciones

• Déficit de vitamina E

• Disminución en la producción de hematíes:

• Infecciones

• Leucemia

• Efectos secundarios de fármacos


Síntomas

Los síntomas dependen de la rapidez en la que se origina la bajada de hemoglobina o hematíes. En los casos de anemia aguda (como las hemorragias), donde la bajada es muy brusca, los síntomas son muy floridos: palidez, frecuencia cardíaca elevada, bajada de tensión, dificultad para respirar y shock.

Cuando la anemia se produce lentamente, el cuerpo puede ir compensando las pérdidas y los síntomas aparecen más solapadamente: disminución del apetito y de la ganancia de peso, soplo cardíaco, aumento del tamaño del hígado y del bazo, insuficiencia cardíaca, edemas, mal estar general e irritabilidad.

Tratamiento

En las anemias fisiológicas no es necesario ningún tipo de tratamiento porque no causan ningún problema al bebé y se resuelven solas.

Siempre que se diagnostica anemia a un recién nacido hay que averiguar la causa.

El tratamiento de la anemia en los recién nacidos consiste en la reposición de la sangre mediante transfusiones y el tratamiento específico según la causa que la origine.