La rubéola congénita es causada por un virus.
La tasa de esta enfermedad ha disminuido considerablemente después de la introducción de la vacuna contra la rubéola en el calendario vacunal infantil.
• No haber recibido la vacuna contra la rubeola
• Contacto con una persona que padezca rubéola (también llamada sarampión de los tres días)
Síntomas
La gravedad de la infección y del daño al feto es mayor en las primeras semanas de embarazo. La fase más peligrosa son las primeras 8 semanas; a partir de la semana 18 de gestación el riesgo para el feto es mínimo.
El bebé puede presentar los siguientes síntomas:
• Retraso del crecimiento
• Sordera
• Cardiopatía congénita
• Cataratas
• Somnolencia o irritabilidad
• Retraso mental
• Convulsiones
• Microcefalia
• Plaquetas bajas
• Hígado y bazo grandes
• Ictericia
El pronóstico para el niño afecto de rubeola congénita depende de la gravedad de los síntomas; el daño neurológico es irreversible.
Se realizan análisis de sangre y orina para detectar el virus.
Tratamiento
No hay un tratamiento específico para la rubéola congénita.
Prevención
La mejor prevención es la vacunación contra la rubeola. Todos los niños deberían estar vacunados.
Las mujeres embarazadas que no hayan recibido la vacuna deben evitar el contacto con personas infectadas de rubeola.
Durante el embarazo se realiza una analítica para ver si la mujer está inmunizada contra la rubeola o no.
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